Al gran público

Solo soy una mamá que quiere a ayudar a romper el silencio. Y decido escribir un libro al morir mi hija y descubrir, que no solo tenía que aprender a vivir sin su presencia, sino que tenía que aprender a convivir con una sociedad que no sabe lo increíblemente esencial que es , para no sumar más desgarro y desconsuelo a este dolor sin piedad. La muerte de los hijos al nacer es tan cruel que comprendo que nos resulte imposible darle una palabra que lo defina. Pero por eso mismo la sensibilidad social debería ser extraordinaria en humanidad, llena de empatía y protección ante una desgracia que deja absolutamente vulnerables, en todos los aspectos, a las personas que lo viven. Cada detalle cuenta. Está claro que nada nos va a quitar el dolor punzante que nos atraviesa, pero al menos no suma más dolor, y eso ya es mucho, de verdad que sí.

Pilar mena