Hoy es una fecha señalada, un día para recordar a las personas que ya no están junto a nosotros… Me sorprendo, sin miedo, mirando mis recuerdos, los que compartimos juntas, hija mía.
La primera vez que escuché los latidos de tu corazón y me confirmaban que no eras un sueño, que vivías dentro de mí. Fui tremendamente feliz. Cambiaste mi vida, desde ese instante, todo se movió de lugar en mi corazón. Mi mente, la forma en la que contemplaba todo lo que me rodeaba… quería que fuese el hogar perfecto para ti.
Estoy llena de momentos compartidos, risas y sueños, juegos e ilusiones, las más maravillosas que hasta ese momento había tenido. Todo giraba en torno a ti, todo eras tú. Y el tiempo transcurría así, mientras te veía y sentía crecer dentro de mí.
Tú creciendo y, yo aprendiendo a amar, quería ser la mejor persona del mundo, par ti.
Recuerdo que cogí mis diarios de pequeña y los releí para comprender a la niña que fui… Me imaginaba hablando contigo, contándote secretos y todas mis equivocaciones, para que fuesen otras las tuyas y las mías te sirviesen a ti… cosas de madre… que no quiere que su hija sufra…
Aún puedo sentir, porque lo recuerdo con mucha intensidad, tus movimientos, nuestros juegos, para despertarte, y mis canciones para tranquilizarte cuando no parabas de moverte… Respiramos juntas y también bailamos… Se nos quedó pendiente un abrazo… ¡¡muchos!! ¡¡¡Todos!!!
Pero nada, ni la muerte, nos puede quitar los diez mese más hermosos del mundo. La conexión más fascinante que jamás había sentido. Despertaste en mí tantos sentimientos, tan intensos y profundos… Me hiciste madre… Y por eso ocho años después de tu partida, sigo, seguimos, compartiendo la vida…porque sin ti no tiene sentido, eres y serás siempre mi compañera de viaje… sin poder tocarte, ni mirarte… sin tus besos, ni risas…pero llena de ti. Mamá no te olvida, tu familia, no te olvida. Te sentimos y te amamos.
Hoy no esta tu nombre en una lapida o urna. No dejaron que tu nombre dejara huella. No respetaron tu muerte. Pero las más hermosas flores lucen hoy en la intimidad de nuestro hogar y, siempre lo harán.
Para mi hija, Alma Baelo López.
Mamá.