de urgencias, que se empeñó en quererme convencer que mi hija no contaba, que estaba equivocada. Este bebé que esperas va a ser tu primer hijo, decía. Lo otro, ¡¿lo otro?! (ha dicho «lo otro», pensaba yo) solo hay que olvidarlo, no tenía que ser y ya está, no sería para este mundo…
No, señora. Lo «otro» era mi hija, su nombre es Alma Baelo López. Era preciosa y mi primer hijo, una princesa muy hermosa que el mundo se ha perdido. ¡ Y claro que era para este mundo!, pero no lo pudo ser por mucho tiempo. No, no tenía que ocurrir, pero ocurrió y jamás, ¡jamás! lo voy a olvidar. (Ahora que lo pienso, es lo que le habría dicho si no fuera porque en ese mismo momento me di cuenta de que personas así no merecen ni si quiera ser contestadas)
Me cuesta tanto comprender que alguien pueda decir en voz alta, a una mujer embarazada, de urgencias, que al preguntarle si era su primer hijo, y contestar que era el segundo, pero que su hija había muerto en el parto…Alguien, una enfermera, que trata con las personas,(cuando más atención y empatía necesitan) pueda contestar semejante ¡barbaridad! sin parpadear.
¿Qué estamos haciendo tan mal? ¿Cómo podemos llegar a ser tan poco humanos?
Creo firmemente en el sentimiento más poderoso y grande que nos une a todos por igual. El AMOR, todos amamos, todos sentimos.
Pilar Mena.